Emocionante, divertido y didáctico. Así fue este jueves la conferencia happening que los nietos de Joan Miró, Joan y Teo, protagonizaron en los jardines de la fundación, que registraron un lleno total.
El objetivo era reivindicar el espíritu rebelde, iconoclasta y libre de un artista que solo le temía a una cosa, «al aburrimiento».
La poesía y la música de los vanguardistas acompañaron siempre a un artista que quiso matar la pintura cuando pensaba que se había vuelto convencional, un hombre bajito que se debatía entre la violencia interior que le impulsaba al acto creativo, y el silencio del budismo zen. A sus ochenta años, aún buscaba nuevos caminos y en 1973 llegó a quemar sus cuadros y a exponerlos en el Gran Palais de París con las tripas del bastidor al aire. Ese Miró iconoclasta y subversivo fue el que este jueves nos devolvió Joan Punyet Miró desplegando sus habilidades de showman.
Muy emocionantes resultaron las imágenes de Miró prendiendo fuego a las telas con gasolina mientras de fondo sonaba la música de Carmina Burana. El trabajo audiovisual que firmó Cesc Mulet con escenas de la vida de Miró pintando, con sus nietos, con su esposa Pilar, la mayor parte desconocidas para los asistentes, hicieron que el genio, fallecido en la Navidad de 1983, regresara a su fundación palmesana.